Hace unos días Andrés, en su ya tradicional momento anti neoliberal de las mañaneras, criticaba algunas palabras que según él son neoliberales.

¿Será? Para mí resultó un poco gracioso que hiciera esta mención de algunas palabras y las etiquetara como neoliberales porque llevo algunas semanas pensando en escribir algo del tema. Qué bueno que lo hizo porque me facilitó la estructuración de las ideas que tenía en la cabeza.

Parte de lo que dice Andrés es cierto pero,  tal vez sin tenerlo claro, él mismo se está dando un balazo en el pie.

Sí: holístistico, empatía y muchas otras palabras que no son nuevas tomaron auge en el “período neoliberal”. Pero no como formas de expresión aisladas, como parte de una forma de vida. Los que algunos llaman “mindfulness”, otros simplemente se refieren a un estilo de vida más espiritual. Personas que meditan, que ponen prioridad a la vida espiritual sobre lo material. O por lo menos eso creen.

¿Por qué “eso creen”?

Porque este estilo de vida ha sido impulsado desde la maquinaria del consumismo.

No creo que los monjes budistas necesiten comida orgánica para poder sobrevivir. Tampoco creo que hayan asistido a un curso “de iluminación” anunciado en fb, menos creo que hayan comprado algún producto gluten free, con leche de almendras y sin canela por favor. ¿Verdad que no? Tampoco creo que utilicen Instagram para compartir sus frases espirituales favoritas olvidando que las personas están en IG para entretenerse, no para iluminarse.

Porque la espiritualidad siempre ha existido, pero la comercialización de un estilo de vida no es más que una moda que genera miles de millones de dólares.

Y si no me creen pregunten en Starbucks qué tanto se vende su chai latte/ té helado chai latte o a Dior por su colección de joyería “Tell me Dior”, que con oro, piedras y perlas te vende tu signo del zodiaco para que… no sé, tal vez para que no se te olvide que tienes ciertas características únicas que te hacen diferente. Bueno a ti y a 1/12 parte de la población mundial, algo así como 635 millones de personas que son tan especiales como tú porque son Leo y Dior quiere ayudarte a que le grites al mundo que eres de esa clase de personas que les gustan los astros pero no lo material, claro por módicos $400 euros. Pero bien los vale porque soy una persona que no le interesa el consumismo.

Lo chistoso es que no se den cuenta de que es una moda. De pronto Valentino está usando diseños “místicos” y el Fashion Week París llena sus pasarelas con playeras que dicen cosas como: “relaja tu mente, inspira hondo, cuenta hasta tres, no pienses nada. Estás fluyendo. El universo te rodea y te abraza”.

Bueno… cada quien lo que quiera creer, pero regreso a mi punto original. Andrés se está dando un balazo en el pie porque son los millenials los que más se han enganchado con este estilo de vida. Hartos del consumismo buscaron la nueva forma de consumismo que los hace sentirse “diferentes”.

A ellos fue a los que impactó con sus mensajes amorosos: “abrazos no balazos”, “la República amorosa”, ellos son los “amlovers”. Los amorosos a los que conquistó cuando decidió, después de sufrir un golpe durísimo a su imagen con el plantón de Reforma. Así como el consumismo agotado y sin muchas expectativas ante jóvenes que no quieren consumir sino meditar, se reinventó. No porque hubiera cambiado: Dior y Valentino tampoco cambiaron. Solo se ajustaron a una nueva necesidad. Pero si sigue por ese camino de desacreditar todo un estilo de vida impuesto y representado por palabras..

“No te quejes de nada; no te enojes con nadie, y si lo haces, hazlo con paz y amor en tu corazón, sin esa cara negativa.”

Difícilmente va a conservar a estos jóvenes-adultos que han decidido evitar,  reprimir o escapar de problemas incómodos en la vida a través de la espiritualidad. Ellos son los que no quieren hablar de cifras y realidades, ellos quieren paz, por eso votaron aunque sea tan irreal como el mundo que nos platica todas las mañanas.

“no es sano estar bien adaptado a una sociedad enferma”

Krishnamurti