Bueno doctor en realidad eso no es importante, usted mismo la acaba de descubrir. En el momento que me quité el guante. Y sabe que esa información ya no es importante.

Un gusto verlo así, tan… calladito y saber que nunca contará mi secreto: el hombre de la mano negra en realidad no existe.

30 minutos antes…

  • Hola Claudia, tu nombre es Claudia ¿Verdad?
  • Mucho gusto, siéntate y platícame, ¿qué te trae por aquí?
  • De niña tenía una pesadilla… todas las noches.
  • ¿La sigues teniendo?
  • No
  • Bueno, si consideras importante cuéntamela.
  • Estaba con toda mi familia, en una Hacienda. La Hacienda Vistahermosa.
  • La conozco, muy bonita. ¿Ibas seguido con tu familia?
  • Continúa Claudia, ¿prefieres que te diga Clau?
  • Las dos, somos dos. Claudia y Clau. Estábamos en la Hacienda y llegaba un hombre, tenía la mano negra.
  • Negra ¿porque era una persona de color?
  • No, traía una gabardina y un sombrero, no se le veía nada más, pero la mano era como de una piedra, como si fuera ónix negro.
  • Ok, entiendo
  • Se acercaba a mi tío, lo tocaba y mi tío se convertía en piedra, en piedra negra.
  • ¿Algo así como el Rey Midas?
  • Sí, pero triste. Iba tocando a todos, a todos. Mis primos, mis papás, no faltaba nadie más que yo y corría. Corría por el pasillo oscuro que tiene la Hacienda. Es como una bóveda de ladrillos y piedras, siempre huele a humedad. Me perseguía.
  • ?Y cómo fue que te salvaste? ¿Con quién creciste?

*foto tomada de internet.