Jipe rawé ko ta a iseni yúa eperé, -chabochi-. Kite bela a ta akubá nisa aré tamujé aboni ko ba,ke wesi suwélésa aré, ni bilé je anebo,kemu tasi wakiná si betéami ju, echiregá bela ko ta a wachina ralámuli neráa a perélipo alé.
Hoy en día compartimos nuestro territorio con otros pueblos (con los blancos); por eso, aunque sea entre nosotros debemos guardar nuestras leyes y no desearle el mal a nadie ni decirle que no es de este suelo, para que de esta manera poniendo el ejemplo podamos ser entendidos y a la vez podamos vivir en paz.
(testimonio de un anciano de Norogachi)Los rarámuri cultura mística de la sierra tarahumara Lucila Navarrete Turrent
Los rarámuri o tarahumaras de la sierra de Chihuahua, son el grupo indígena que probablemente representa mejor que ningún otro grupo la resistencia a dejar sus usos y costumbres. Se “deslindan” abiertamente de la cultura occidental y mantienen sus tradiciones de miles de años. Muestran siempre actitudes de paz con prudencia y guardando silencio.
Hoy forman parte del plantón encabezado por Frenaaa en el Zócalo. Al frente de este contingente de rarámuris está Fermín Calzadilla quien asegura que no son acarreados, los mueve otro interés:
El abandono de los pueblos originarios, los beneficios que presume López Obrador (programas sociales, de salud, etc.) no han llegado a la sierra de Chihuahua.
La respuesta ha sido contundente de parte del gobierno: enemigos, golpeadores, la extrema derecha, etc. Y con su respuesta podemos confirmar lo que algunos sabemos hace mucho: el pueblo bueno es el que apoya a Andrés: sus sueños y venganzas.
Así de fácil. Puedes ser un indígena, puedes ser un empresario, puedes ser de derecha, de izquierda o de centro. Puedes ser narcotraficante, puedes ser lo mejor o lo peor de este país, no importa; la 4T solo reconoce como “los buenos” a aquellos que estén dispuestos a celebrar cualquier acción del gobierno y apoyarla incondicionalmente, sin cuestionamientos y como dice Andrés: con fe ciega.
Si no lo haces, serás condenado a pertenecer al grupo de “los malos” y sí, esto aplica a los grupos indígenas que manifiestan su inconformidad.
Hace unos días se instalaron al menos cinco carpas en el zócalo capitalino en donde las mujeres rarámuris ofrecen pulseras, llaveros, muñecas de trapo, blusas bordadas tradicionales de la Sierra Tarahumara, etc. para sobrevivir. En contraste se inauguró una tienda de chocolates Gourmet de José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, hijos de Andrés, a solo unas cuadras en donde se encuentran los rarámuris.
No puede haber una representación más clara de lo que sucede hoy en México, los privilegios de los que tanto hablan, son de unos cuantos: más que nunca; porque incluso en gobiernos anteriores grupos como los rarámuris no sintieron la necesidad de apoyar una petición que podría parecer absurda: que renuncie Andrés. Pero sobre todo, un grupo tan pacífico y apegado a sus costumbres ha encontrado eco en una voz con la que es difícil encontrar afinidad alguna como lo es Gilberto Lozano.
Andrés no ha escatimado en calificativos para “sus adversarios” y está pasando de largo que ya no son un grupito de “extrema derecha” con privilegios. Cada día se suman más y muy diferentes caras a una sociedad civil que él se niega a escuchar. Mientras que “el pueblo bueno” cada vez se torna más excluyente, intolerante y con beneficios: más fifí pues.
No faltarán chocolates grourmet en Palacio, que los disfrute Andrés, mientras que “sus opositores” disfrutan de las muñecas de trapo en el zócalo y le ganan con días y noches de convivencia el discurso que lo llevó a la presidencia.
Hola Van.
¡¡¡ ¡L a forma de pensar de la gente humilde y con valeres he!!!! gracias por compartir tan bello testimonio.
Y cuanta verdad hay en todo el texto, lamentable las acciones de Andrés y la forma de calificar, de separar a cualquier sociedad solo por no creer en él.
Gracias por escribir así Van.
Quira ba!
Que gentil de su parte dirigir el foco a tan noble y milenario pueblo.
El Pueblo de mis ancestros.
Bien descrito este grupo indígena que la da dado color e identidad a nuestro país, así todas y cada una de las comunidades indígenas a lo largo y ancho del territorio, olvidadas por siempre y recordadas solo en tiempos electorales, felicidades por esa contribución y por el gusto arrastrar la pluma, Un abrazo
Excelente artículo 👏👏👏
Muchas gracias!
Deberían darse una vuelta los trivagos al campamento de los rarámuris para que vean lo que es honestidad y amor al trabajo !!!