Un agradecimiento muy especial a Alfonso Araujo y a Manuel Díaz por acceder a escribir este texto conmigo, sus aportaciones como siempre son invaluables.

El tema de la pandemia, aunque parezca una verdad de Perogrullo, es un asunto de salud pública de la mayor gravedad, no sólo para México sino para el mundo que debe atenderse plenamente.

Las estrategias efectivas están a la vista y fueron aplicadas no sólo en la primera crisis, sino que se siguen aplicando, ahora con mucho más conocimiento, para manejar rebrotes.

La pandemia ha impactado al mundo, más que por su letalidad, por tres aspectos de la vida: la economía, los sistemas de salud y el relacionamiento de la gente. La vida ya no será tal como la conocemos, pasamos a un nuevo estadío de la humanidad.

Cosas a tomar en cuenta para la pandemia

El 23 de febrero China advertía al mundo que se debía ser proactivo ante el SARS-CoV-2, no reaccionar ante él.

Dada su facilidad de contagio, se dijo, se debe ir un paso adelante con el fin de cortar las cadenas de transmisión y encapsularlo geográficamente para hacerlo manejable.

Vimos a muchos países que lo hicieron con éxito, mayormente en Asia, pero también en Europa y Oceanía.

En América en general no ha sido el caso: se dejó correr la preciosa ventana de tiempo en la que se podía hacer contención, y no se aplicaron las estrategias tempranas tampoco. Hoy, los ejemplos más contundentes de esta inacción son EEUU, Brasil y México, con números escalofriantes de muertes.

Nuestra realidad es que  el coronavirus ya se ha dispersado por todo el territorio, pero eso no significa que no se pueda hacer ya nada.

 Las claves más importantes son:

  • Aislamiento geográfico. La primerísima acción en China y Corea fue el detener el movimiento entre provincias y al poco tiempo, entre ciudades. Esto no sólo permitió identificar rápidamente los focos, sino que el resto del país, menos afectado, podía enviar recursos materiales y humanos hacia las zonas críticas.
  • Pruebas y rastreo. Se ha repetido hasta el cansancio, pero es fundamental identificar a las personas tanto sintomáticas como asintomáticas, porque ambas contagian. Esto, además de darnos un panorama más real, es básico para la reanudación segura de actividades, que se puede hacer con “burbujas” sociales y de trabajo que sabemos que son de bajo riesgo, y también será clave para la reapertura de escuelas.
  • Aislamiento de casos leves. Es un tema que se dejó de lado en América, pero la adaptación de hoteles, gimnasios, naves y espacios similares, para casos leves, es importantísima para detener el principal contagio, que es el familiar.Estos tres aspectos obligan a cambios profundos en los sistemas de producción, economía, social y en el qué hacer político y, por evidente razón, en la acción de los gobiernos que tendrán que cambiar profundamente sus sistemas de gobierno y la forma de gobernar. .

Estos tres aspectos obligan a cambios profundos en los sistemas de producción, economía, social y en el qué hacer político y, por evidente razón, en la acción de los gobiernos que tendrán que cambiar profundamente sus sistemas de gobierno y la forma de gobernar. .

El tema de las Escuelas va a ser la parte más delicada, pero se requiere un plan ya, que incluye un fuerte compromiso social y reglas estrictas para abrir primero primarias, luego secundarias y prepas, y finalmente universidades, por orden de movilidad potencial. A esto dedicaré un artículo aparte, para hablar in extenso de las estrategias seguidas en Asia.

¿Por qué se debe hacer lo anterior?

Primero porque no sabemos si puede haber rebrotes: todas las pandemias son diferentes pero tenemos como experiencia  la pandemia de gripe española de 1918  (considerada como la “madre de todas las pandemias” y que dejó más de 50 millones de muertos) en donde los rebrotes fueron más letales que el primer brote.

Segundo y tal vez más importante. El Covid 19 no es, hasta ahora, una de las pandemias más agresivas por número de muertos que ha habido en la historia (imagen 1 de marzo, ahora ocupa el lugar 14). Podrá incluso volverse endémica y no alcanzar la mortalidad de otros virus o infecciones en mucho tiempo; eso no quiere decir que no pueda aparecer un nuevo virus que sí lo sea. Hoy tenemos la experiencia de Covid 19 en el mundo y sabemos que no estamos preparados para reaccionar a un virus más letal. El impacto económico que se ha generado en países como México o la saturación de Hospitales en países como Italia o España, nos hablan de una mala capacidad de respuesta ante estos eventos.

Imagen de infobae/internet

Aprovechar las malas experiencias, comenzar de una vez con las prácticas óptimas y perfeccionarlas nos dará la oportunidad de reaccionar de mejor manera a uno o varios posibles rebrotes y/o un nuevo virus o enfermedad infecciosa.

El problema de México como de muchos otros países es que se involucran temas políticos en temas de salud. Se pierde de vista que el discurso no salva vidas y que hay que tener en cuenta los diversos factores como hacinamientos, co morbilidades, población en riesgo, capacidad hospitalaria, etc.

Los retos que plantea la pandemia:

1) Que la letalidad no se convierta en una tragedia. Que la economía no caiga y la gente no entre en psicosis y enfermedades psicosociales.

2) Que los gobiernos sean capaces de promover el cambio en sus naciones bajo los cuales atiendan los nuevas formas. Sean capaces de adecuar nuevos modelos económicos, nuevos sistemas de gobierno que encaucen un nuevo esquema de relaciones sociales.

3) Los factores que tendrán que atender, sobre todo, son aspectos medioambientales, salud pública, transición energética, movilidad y comunicación.

Estos retos se pueden sobrellevar con nuestras propuestas aquí expuestas.

Aunque hemos escuchado muchos, muchos pretextos como la obesidad en México, lo cierto es que cuando inició la pandemia México supo que uno de los factores de riesgo era la obesidad y también sabían que no podían resolver el problema en unas semanas. Esto obligaba a tener más precauciones, a ser más claros con el mensaje y más duros con las medidas.

En un artículo hace unas semanas se habló del tema: México lo tenía todo. Lo más valioso en un caso de emergencia es tener la información con anticipación. Es como si Peña Nieto o Miguel de la Madrid hubieran sabido de los temblores tres meses antes de que sucedieran, no hubieran hecho nada y después hubieran culpado a las constructoras de los edificios. Sabiendo que hay zonas de la CDMX de alto riesgo, lo ideal con esa información hubiera sido hacer inspecciones y evaluaciones de las zonas de riesgo, evacuar a las posibles víctimas, instalar albergues, etc.

En este escenario hipotético ¿qué hubiera hecho un Andrés Manuel si teniendo la información tres meses antes no hubieran hecho absolutamente nada?

En una pandemia no hay culpables, hay responsables y me parece que responsabilizar a los fallecidos por no cuidar su peso es realmente terrible. Primero porque la obesidad está considerada una enfermedad (que implica diversos factores, no solo los hábitos alimenticios) y segundo porque esas personas ya no se pueden defender. No pueden alzar la voz y decir si en realidad no fueron cuidadosas o tuvieron poca información o simplemente tenían que salir a trabajar, no había otra opción.

Este juego de culpas no ayuda, no borra los lamentables fallecimientos y no nos ayuda a prepararnos para un posible rebrote u otro virus. ¿Por qué no tomar las cosas como lo que son? Lejos de la política y de tratar de encontrar siempre responsables que no impliquen al gobierno.

La gravedad para México es que el gobierno de AMLO no considera los cambios. La política económica, de salud y social no tuvo ni un solo cambio, ni por la caída en los indicadores económicos, ni por el aumento en los decesos, ni por el colapso en el sistema de salud nacional que se presentó desde antes de iniciada la pandemia.

En el sistema educativo nacional, a pesar de que se muestran esfuerzos por dar atención a los habitantes, la situación tampoco mostró un sólo cambio, lo que condena a la nación a uno de los mayores retrasos.

Así en este esquema ya no es aceptable el pretender que está bajo control la pandemia, se tiene que aceptar el urgente cambio de rumbo y salvar vidas, para este fin, los críticos del gobierno tendremos que sumarnos al esfuerzo colectivo.