El 17 de mayo de 2009 murió Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia: Mario Benedetti. Es imposible que no le dedique unas líneas a ese ser, que con sus letras, marcó mi vida.

No te salves

No te quedes inmóvil al borde del camino

No congeles el júbilo, no quieras con desgana

No te salves ahora ni nunca, no te salves

No te llenes de calma

No reserves del mundo solo un rincón tranquilo

No dejes caer los párpados pesados como juicios

No te quedes sin labios, no te duermas sin sueño

No te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo

Pero, si pese a todo no puedes evitarlo

Y congelas el júbilo y quieres con desgana

Y te salvas ahora y te llenas de calma

Y reservas del mundo solo un rincón tranquilo

Y dejas car los párpados pesados como juicios

Y te secas sin labios y te duermes sin sueño

Y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo

Y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas

Entonces

No te quedes conmigo

No te salves es uno de mis poemas favoritos porque retrata todo aquello contra lo que lucho en tantos sentidos: la clama, la falta de pasión, la inmovilidad, acostumbrarse a todo lo que “te acomoda” aunque no te llene, aunque no te haga feliz.

El mundo vive una crisis de valores, de tiempos. Nos acostumbramos a necesitar mucho, disfrutar poco. La satisfacción inmediata nos ha impedido disfrutar el valor de aquello que se obtiene con el esfuerzo, la velocidad de esta vida moderna no nos deja tiempo para disfrutar de lo más básico: el cielo, la lluvia, un atardecer, un beso en la frente…

“Acontece la noche y estoy solo

cargo conmigo mismo a duras penas

al buen amor se lo llevó la muerte

y no sé para quien seguir viviendo”

Dicen los amigos de Mario Benedetti que “murió de amor”. Tres años antes su esposa, con quien compartió 60 años de vida, había muerto y la salud de Benedetti con ella. Así mueren los poetas y los locos, los que viven apasionadamente, los que no se llenan de calma. Los que no limitan sus sentimientos: los que no se quedan inmóviles.

Somos esa sociedad, mundial, que no quiere compromisos personales, mucho menos en grupo. La idea de vivir libres, sin ataduras, pero disfrutando de algunas ventajas de los compromisos es tan contradictoria como pedir un buen gobierno sin ciudadanos comprometidos.

¿No quieres corrupción en el gobierno pero pagas mordidas para evitar una multa?

¿Quieres políticos comprometidos pero ni siquiera pagas la pensión de tus hijos?

¿Quieres un gobierno feminista pero quieres que te laven la ropa?

¿No quieres que te critiquen pero te la vives criticando?

México y el mundo necesita urgentemente ejercer plenamente una palabra: congruencia.

Por eso hoy aproveché la memoria de Benedetti para escribir. ¿Quién puede escribir poemas de amor mejor que un hombre que murió de amor?

Si no existe congruencia, si no existe pasión y compromiso por la vida, por México:

No te quedes conmigo.