Muchas veces nos preguntamos ¿por qué los seguidores de AMLO se auto nombran amlovers?. Hay muchas aristas desde las cuales se podría dar una respuesta a esta pregunta y, vale la pena analizar algunas porque el mayor logro de Andrés, no sólo como presidente, ha sido lograr el apoyo de muchas personas pese a sus pésimos resultados.

Tal vez acercarnos a una respuesta objetiva nos lleve a una mejor preparación para las siguientes elecciones.

Los amlovers y la psicólogía de masas

Recordemos a dos psicólogos que exploraron el tema de las agrupaciones de individuos como un fenómeno: “la masa”. Le Bon hablaba del “alma colectiva” que produce dos fenómenos en el individuo:

  • Inhibición del rendimiento intelectual.
  • Aumento de la afectividad.

Los temas emocionales se suelen dejar de lado cuando se habla de política y más en nuestro país. Nos aferramos a números, gráficas y resultados que, en ocasiones, se topan con un muro a prueba de balas argumentativas.

¿Y si nos detenemos a analizar lo que señaló Le Bon?

La afectividad y la inhibición del rendimiento intelectual son características de un proceso que todos conocemos: “el enamoramiento”. Casualmente Freud planteó una hipótesis para explicar la cohesión de una masa:

“La Esencia de las masas la constituyen vínculos de amor o lazos sentimentales”.

Al igual que en un proceso de enamoramiento la masa idealiza a un líder o a un objeto. Por este líder u objeto idealizado se está dispuesto a perder hasta la individualidad. Es por eso que tratar de convencer a una “masa muy unida” es un proceso lento y complejo.

Decía Freud: “han reemplazado su ideal del YO por un mismo objeto, a consecuencia de lo cual se ha establecido entre ellos una general y recíproca identificación del yo”. Hoy cualquier crítica a Andrés es una crítica a toda la “masa” que lo apoya, es una crítica personal no al político: al YO de cada uno de los amlovers.

Irónicamente, la percepción de que la mayor debilidad de la oposición es que no tiene un líder que los agrupe puede ser nuestra mayor ventaja. No hemos perdido la individualidad ni estamos cegados, no hay un líder que idealizar y eso nos permite, si lo comprendemos, construir desde la diversidad de pensamientos. Sin embargo, nuestros mayores enemigos somos nosotros mismos repitiendo todos los días que no hay oposición, en vez de construirla así: sin idealizar, sin líderes que nos agrupen en una masa y lo más importante sin sentimientos, sin amor a un político.