“-Parece que vivamos engañados…

-Absolutamente. Si tomas una taza de café caliente por la mañana al desayunar, parece que el olor esté saliendo de esa taza. Y es mentira. Es la forma que tiene nuestro cerebro de leer e interpretar. Las partículas volátiles que salen de la taza de café llegan a nuestra nariz, que recoge esta información. El cerebro la transforma y la convierte en percepciones conscientes.

-Lo curioso es que tanto usted como yo interpretemos igual esas partículas volátiles del café…

-Nunca podemos estar seguros de que tengamos la misma percepción. De lo que sí podemos estar seguros es de que siempre o casi siempre que olemos eso, cada uno de nosotros olemos la misma cosa, y esa cosa que olemos la llamamos café. Por eso nos entendemos.

-Es decir, que mi olor de café puede ser diferente al suyo.

-Exactamente, pero no importa. ¿Cómo puedo llegar a saber que tú hueles lo mismo que yo? No sabemos si algún día la ciencia podrá llegar a dar la seguridad de que es así. Muy probablemente lo que percibimos es muy parecido porque estamos hechos de la misma materia biológica y tenemos el mismo tronco evolutivo común, aunque haya diferencias individuales entre mi cerebro y el tuyo, pero las suficientes coincidencias para que nos entendamos y tengamos percepciones muy similares.”

*entrevista a Ignacio Morgado: ‘Cómo percibimos el mundo’

Hablar de percepción puede ser algo complicado cuando hablamos entre adultos porque nuestros conceptos parecen ser tan sólidos, que esta diferencia no se comprende muy bien. Desconocemos por completo lo que la otra persona percibe: solo tenemos consensos para nombrar las cosas.

¿A qué sabe algo dulce? Pues dulce, pero lo que es dulce para mí puede ser otra cosa muy diferente para ti, y lo más divertido: nunca lo sabremos.

Así hemos ido dándole nombre a todo lo que nos rodea, lo que sentimos y lo que pensamos. Es un mecanismo del cerebro que nos facilita el pensamiento y los procesos más básicos. Nuestro cerebro ha catalogado sabores, colores, funciones, gustos, etc. para hacernos la vida más fácil.

Al despertar solo tendremos que servirnos una taza de café sin cuestionarnos ¿a qué sabe?, ¿me gustará? o ¿cómo se prepara?.

Catalogar, organizar y archivar lo que percibimos es la chamba del cerebro y parece maravilloso en una visión  pragmática. Pero también lo hacemos con algunas creencias, estereotipos, prejuicios y ahí viene lo complicado.

Una vez que tenemos un concepto archivado en el cajón de “no me interesa” será un no me interesa a menos que suceda algo realmente importante con ese concepto; por ejemplo, que alguien nos haga dudar, que se nos olvide porqué no nos interesaba y eso nos provoque curiosidad, etc.

Esta llamada “era de la post verdad” se caracteriza por sacar los conceptos más arraigados de los cajones del cerebro y cuestionarlos. ¿La tierra en realidad es redonda? Muchos de nosotros reaccionamos inmediatamente a esos cuestionamientos con un ¿en serio?.  Nuestro cerebro simple y sencillamente no encuentra motivos para sacar ese concepto del cajón y volverlo a catalogar, organizar y archivar.

Lo mismo está pasando con la 4T. Tradicionalmente ver un político recibiendo a escondidas dinero en bolsas es un evento que está guardado en el cajón de corrupción. Pero nos dicen que no, que lo tenemos que guardar en el cajón de “honestidad”, apartado “aportaciones”.

De la misma manera nuestro cerebro ha archivado a las personas que mienten en el cajón de “mentirosos” apartado “desconfiar”. Pero aún cuando se ha comprobado que Andrés miente en la mitad de lo que dice todos los días en las mañaneras nos piden que lo cambiemos de cajón. LA MITAD DE LO QUE DICE. https://verificado.com.mx/mitad-verdad-amlo-mananeras/amp/

Nos insisten en que no va en el cajón de los “mentirosos”, que lo tenemos que guardar en el cajón de “honestidad”, apartado “valiente” (o algo así).

Lo peor es que si no accedemos a hacerlo: lo odiamos. Claro que nuestros cerebros son un caos de confusión y hemos dejado de escuchar a los que insisten en cambiar conceptos de nuestros cajones sin aportar evidencia de que lo merezca. Pero ese es el juego y seguirá siéndolo, especialmente previo a las elecciones de 2021.

Habrá una guerra de información para modificar/afianzar nuestras percepciones durante el proceso electoral. ¿Qué es lo que van a intentar hacer? Hacernos creer que si la mayoría dice que es café pues le llamaremos café. Habrá muchas encuestas y acciones que nos orienten a pensar que Andrés y Morena son indestructibles y para otra parte de la sociedad para que no salgan del cajón “Transformación”, apartado “votar por ellos”. Es evidente la parte de votar por ellos, pero también tiene la intención de desmotivar a todos aquellos que saben que no van a favorecerlos con su voto, es decir: que no vayan a votar.

El juego de la percepción de ahora en adelante lo ganará Morena si logra que sus bases voten en mayoría y que la oposición no logre motivar el voto. No es un juego nuevo, y cabe mencionar que se les puede voltear. La gente deja de votar también por exceso de confianza.

Así que lo primero que tiene que hacer la oposición es convencer a los ciudadanos de que pase lo que pase, escuchen lo que escuchen TIENEN que salir a votar.

El compromiso ciudadano de salir a votar democráticamente hoy es más importante que nunca.

Y como si fuera un partido de fútbol… esto no se acaba hasta que se acaba. Prohibido rendirse, prohibido abstenerse.